La gente que me conoce, sabe que comencé a hacer ejercicio a mis 19 años (año 2015). Hasta ese entonces, toda mi vida se había centrado sólamente en lo académico (no era un prodigio, aunque siempre lograba colarme en “el grupito de los inteligentes”). Poco después de salir del bachillerato, descubrí el concepto de T-shaped person (“personas tipo T“) y me enamoré totalmente de la idea, aunque comunmente tienden a inclinar su definición hacia el conocimiento (que también aplico), puede generalizarse aún más. Eso me llevó a decidir que no quería ser etiquetado sólo por lo intelectual, así que, al igual que otras millones de personas, me dije a mi mismo el 31 de Diciembre de 2014:

“El próximo año, empiezo a hacer ejercicio.”

Y así fue como inicié mi camino, sólo con:

  • Un multifuncional que mi padre había comprado hace varios años, pero que jamás había usado.

  • Un par de mancuernas que encuentras en cualquier centro comercial.

  • Rutinas y licuados de proteína de YouTube (el precio de ser novato 🥲).
    • Quiero aprovechar éste punto para recordarte la importancia de buscar un mentor experimentado en cualquier nueva actividad que quieras desempeñar, te vas a ahorrar muchos tropiezos y podrás obtener más y mejores resultados en el largo plazo.

En 2015 mis estudios universitarios apenas iban comenzando y fueron mi prioridad por los siguientes 4 años, así que el ejercicio fue una actividad secundaria pero que siempre buscaba hacerle espacio en mi día (cuando se podía). Hasta la fecha sigo pensando que las cosas no pudieron sincronizarse mejor, en el ejercicio encontré mi cura para todos los males (enojo, estrés y cualquier otra emoción negativa que puedas imaginar) y aunque ahora conozco la explícación científica que lo sustenta, agradezo haberlo descubierto de forma empírica durante esa montaña rusa de emociones que es la universidad.

Fue hasta finales de 2020 que por fin tomé la decisión de entrar a un gimnasio; ya tenía una base de fuerza y músculo, así que era hora de mejorar mi nivel. De nuevo tocaba ser novato, lo cual considero un proceso hermoso, porque estar en la base de la pirámide hace que el único camino sea hacia arriba. Y justo así fue, comencé a mejorar mis comidas, mi entrenamiento y mi suplementación, lo cual se vió reflejado en mi progreso de fuerza y composición física (tengo que aclarar, mi entrenamiento siempre tuvo enfoque Powerbuilding).

Vale, pero ¿qué tiene que ver el título del post con todo esto que me has dicho?

Cuando me propongo a hacer algo, soy muy intenso al respecto. No tengo la intención de tirarme flores, pero desde que empecé a entrenarme en gimnasio, mi nivel subió al grado que empezó a hacerse notar: otros miembros del gimnasio se me acercaban para pedirme consejos e incluso rutinas. Todo normal, hasta que en ciertas conversaciones comenzó a aparecer la pregunta:

“Oye, ¿y a tí no te gustaría competir?”

A lo que siempre respondía que yo entrenaba principalmente con fines de fuerza, no de culturismo. Pero la espina ya había sido clavada y enterrada aún más cada vez que me volvían a hacer la misma pregunta.

Así que, después de ciertos eventos y reflexiones, he llegado a ése punto: éste año 2024 voy a prepararme por primera vez para competir en culturismo natural (obviamente amateur) pero ya daré los detalles y actualizaciones en mi siguiente artículo 😉.

“Qué gran desgracia es para un hombre envejecer sin haber conocido la belleza y fuerza de las cuales su cuerpo es capaz.”

Sócrates

¡Muchas gracias por haber llegado hasta aquí! 🥰 te mando un gran abrazo y te invito a que sigamos la conversación por los medios que están en mi página principal.

Leave A Comment

Recommended Posts